MISTERIOS GLORIOSOS
I. La resurrección del Señor Jesús
La resurrección de Cristo trajo nueva esperanza a todos: en adelante, esperar no significa esperar algo, lo que está por venir. significa estar seguro, que ya ha pasado, porque "el Señor ha resucitado y reina vivo". también somos llamados, conocerlo personalmente y convertirnos en sus publicadores y testigos, el papel de las mujeres y los estudiantes. "Cristo ha resucitado, Señor mío y esperanza mía”, repetimos hoy, pidiéndole valor para ser fiel y perseverar en lo que es bueno. Pedimos especialmente por la paz - un regalo, quien nos obtuvo por su muerte y resurrección.
II. Ascensión del Señor Jesús
En Cristo al ascender al cielo, la naturaleza humana es exaltada, puesto a la diestra de Dios, y los estudiantes son mandados a evangelizar el mundo. Además, Cristo, ascendiendo al cielo, no se retira del suelo: se escondió en la cara de todos los hombres, especialmente los más desafortunados - los pobres, enfermo, de pie en los márgenes, perseguido...
III. Pentecostés
“Perseveraron en la oración junto con las mujeres, con maria, la madre de jesus, y sus hermanos" (Dz 1, 14). Tenemos esta escena frente a nuestros ojos hoy como una realidad completamente actual. (…). Todos juntos, pastores y fieles, en la oración nuestros ojos están fijos en la Santísima Virgen, animador obediente del primer centro de la comunidad cristiana, destinado a encender la luz del Evangelio hasta los confines de la tierra y hasta el cierre final de la historia.
IV. Asunción de la Madre de Dios
La Asunción de María revela el gran valor y la dignidad del cuerpo humano. Ante la profanación y la degradación, que el cuerpo femenino, en particular, experimenta a menudo en la sociedad contemporánea, el misterio de la Asunción nos habla del destino sobrenatural y de la dignidad de todo cuerpo humano, llamado por dios, para que se convierta en instrumento de santidad y participe de su gloria (…). mirando a maria, el cristiano aprende a descubrir el valor de su propio cuerpo y a custodiarlo como templo de Dios, que está esperando una resurrección.
V. Coronación de la Madre de Dios
Los cristianos miran con confianza a María, Reina, lo cual no solo desmerece, sino que fortalece su entrega filial a ella, quien es su Madre del orden de la gracia. (…) Para que la condición gloriosa de María no la aleje de nosotros, pero le permite estar siempre cerca de las personas y cuidarlas. María lo sabe todo, que esta pasando en nuestra vida, y nos sostiene con amor maternal en nuestras experiencias de vida. (…) Llevado a la gloria del cielo, María se entrega enteramente a la obra de la salvación, poder dar felicidad a todos, que le paso a ella.